La Réplica de la Nao Victoria

Una vez definido el barco, se decidió construir su réplica con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Sevilla EXPO’ 92. La construcción estuvo dirigida por su diseñador y autor de su estudio histórico, Ignacio Fernández Vial. En el marinero pueblo de Isla Cristina (Huelva), en el mes de marzo de 1991 se puso la quilla de la nave, y ocho meses más tarde estuvo lista para ser echada al agua. La madera de roble utilizada para labrar todas las piezas de la estructura de la nave – quilla, codaste, roda, cuadernas, baos, esloras, palmejares, trancaniles, etc. – fue sacada de los montes ribereños al gallego río Miño. Allí se reconocieron cuidadosamente todas las zonas boscosas, seleccionando los árboles que mejor se adaptaban a las figuras de las piezas a fabricar, en la época ideal para la corta de la madera, los meses de diciembre, enero y febrero. A continuación se procedió a talar estos árboles, sacarlos del monte, descortezarlos y dejarlos a la espera unos meses para su secado.

En los pinares de Balsaín en Segovia se escogieron los árboles más idóneos para fabricar los mástiles, ya que la madera conífera de esta zona es la que mejor se adapta a las condiciones necesarias para elaborar una arboladura fiable al no tener defectos, presentar una forma muy recta y poco ramosa y lo que puede ser más importante, ser muy flexible.

Para construir los motones, poleas y demás aparejos de la arboladura se recurrió a una serrería afincada en las cercanías de la sierra de Cazorla, que suministró unas excelentes piezas de madera de encina y olivo. El paño necesario para fabricar las velas no fue fácil de conseguir, fue imposible localizar lona de esparto, y eran pocas las hilaturas que elaboraban tejidos de lino adecuados. Finalmente se localizó una factoría que suministró un tejido muy similar a la usada en los barcos de los siglos XVI y XVII.

La cabullería necesaria para la jarcia firme y de labor, de fibra de cáñamo, fue fabricada en San Fernando (Cádiz), siguiendo para cada mena el número de filásticas que formaban cada cordón, el número de cordones y el grueso de los mismos, según los datos que daban los tratadistas navales contemporáneos a Magallanes y Elcano.

Buena parte de la clavazón tuvo que ser fabricada ex profeso y las anclas fueron fundidas en una factoría sevillana, que también fabricó en hierro forjado los herrajes del timón y los firmes de los cadenotes.

Finalizada la construcción de la nao Victoria, permaneció expuesta al público los seis meses que duró la Exposición Universal de Sevilla 1992, atracada junto a las réplicas de la nao Santa María y las carabelas Pinta y Niña , las naves del

Descubrimiento de Cristóbal Colón. Durante este período, estos barcos cargados de historia fueron visitados por cerca de 3.000.000 de personas. Al finalizar esta universal exposición, la nao fue sacada del agua para ser expuesta al público en seco, con el fin de que se pudieran ver las formas de su obra viva, pasando a formar parte de los contenidos del Pabellón de la Navegación de Sevilla.

En el año 2003, se presentó a la Sociedad Estatal de Gestión de Activos AGESA y a la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales, SEEI, el proyecto de dar la vuelta al mundo con la Victoria, para así rememorar la impresionante historia de los marinos descubridores españoles, y más concretamente la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano. Ambas instituciones apoyaron con entusiasmo la idea, e inmediatamente se iniciaron los trabajos de restauración y adaptación que permitirían a la nao poder circunvalar el globo terráqueo con garantías de éxito. Así esta réplica de la Nao Victoria entre los años 2004 y 2006 consiguió dar la vuelta al mundo, travesía nunca antes realizada por un barco de estas características.