Me llamo David Calero Blázquez, tengo 27años, estoy de voluntario en el Galeón Andalucía para realizar las prácticas de Patrón Portuario, formo parte de esta gran tripulación.

Estando en el puerto de Rouen he hecho mis primeras guardias en solitario tal y como me enseñaron, he aprendido muchísimo de todos mis compañeros desde el primer día en que subí a bordo el pasado 28 de mayo. Les estoy muy agradecido por la paciencia que han tenido, ya que a pesar de tener el certificado profesional de marina mercante, nunca había realizado las funciones que había estudiado. Aquí he podido poner en práctica todo lo estudiado, más todo lo que me han ido enseñado entre todos los veteranos.

Os voy a contar una pequeña anécdota que me ocurrió estando a bordo del barco en horario al público. Yo estaba en mi día libre en la cocina haciéndome un café, salí un instante para asomarme mientras se calentaba, resultó que había subido un cadete ruso al cual le estaban haciendo una visita por el barco para que lo viese todo, ya que nosotros no somos militares como la gran mayoría de barcos
que habían en el festival de la armada. Total, que al asomarme miré hacia el castillo de proa y vi como al pobre cadete le volaba el gorro tras una racha de viento que sopló justo en ese instante. Al verle la cara de apuro, me salió el entrar corriendo a la cocina/salón del barco, vi que el río por la corriente se llevaba el gorro. Cogí el bichero para poder rescatarlo, al verme mis compañeros como salí disparado no se lo pensaron dos veces y me siguieron para que pudiese alcanzarlo ya que me tuve que tirar al suelo del paseo, pero aun así, no conseguía alcanzarlo. Me cogieron por los tobillos y quedé colgado, siempre confiando plenamente en todos ellos y logre alcanzarlo!!!. Al levantarme, el cadete ruso estaba justo al lado, le había cambiado la cara de nuevo al ver que habíamos conseguido rescatar su gorro, quedó muy agradecido, nos hicimos una foto con él, y la gente que había alrededor empezó a aplaudirnos y hacernos fotos.

A los pocos días yo estaba trabajando en artillería que es una parte del museo la cual abrimos al público para que vieran como era el interior de un galeón del siglo XVII, y mi sorpresa fue que alguien me tocaba el hombro y me extendía la mano para decirme que estaba muy agradecido por haberle conseguido parte de su uniforme, “el gorro” y haciendo la broma en el interior del barco en plan que se le caía de nuevo.

Ese es el espíritu que nos une a todos los marinos del mundo.