El pasado Lunes 2 de Julio zarpamos del Ponton Besen de Nantes bajo las órdenes de nuestro Capitán Manuel Murube aprovechando la pleamar del Río Loira y su corriente para facilitar el viraje y poner proa rumbo a Fècamp.

La noche anterior en pleno zafarrancho vivimos una espectacular tormenta eléctrica que llenaba el cielo de rayos, apagando y encendiendo la jarcia y los palos del Galeón dejando en nuestros recuerdos una estremecedoras imágenes dignas de las películas de piratas y corsarios.

Por la mañana llegó la hora de zarpar, “señoras señores TODOS a sus puestos” canta el contramaestre Rafa Pavón, como buen gaditano siempre está de “guasa” pero en el curro cuando habla Rafa oídos abiertos y la boca cerrada. Yo, como en puertos anteriores, a maniobra de popa junto a Falete , de Huelva con buen rollo continuo, aunque esté el tío reventado se queja pero con mucho arte y con Esther, de Barcelona y amante del crossfit, da gusto verla tirar de los cabos y oírla reírse desde la otra punta del barco (50m). Mientras aclaramos cabos para maniobra observo por la gatera de babor la gente despidiendo al Galeón con la misma sonrisa que nos acogieron durante 10 días. Merci Nantes…

Mientras navegamos por el Loire sin prisa y disfrutando de las bonitas vistas se distribuyen las guardias de navegación. A mí me toca la 2ª.guardia con la 2ª. Oficial Cristina Ortiz de Logroño fue la primera persona con la que hablé al llegar y siempre está dispuesta a echarte una mano y con mis compañeros de guardia: Jemima (UK) experta marinera criada entre barcos y puertos (aprendes sólo con observarla), Esperanza desde Cádiz, dulce marinera que conoce muy bien el barco y siempre de buen humor, y Daniel Gómez nuestro Arlequín/trotamundos/mochilero que viaja en barco-stop y su monociclo, Yonay de Hospitalet siempre con su gran sonrisa menos cuando hace su conferencia diaria de hora y pico con la “chati” que se pone muy “formalico” y con el que me tocó hacer la cena (todavía huelo a chuletas) y con Fran de Alicante, nuestro experto en máquinas, parece un tío serio hasta que le pillas el punto y te mira por encima de las gafas. Tenemos horario de 4 a 8h y de 16 a 20h, las tareas, revisar sentina, continuidad, panel de alarmas, máquina, ronda de seguridad, controlar y revisar las entradas de agua, achicar, limpiar baños, preparar desayuno, hacer parte de navegación (velocidad, olas, viento, nubes, presión atmosférica, corredera…) y sobre todo navegar, mantener y fijar rumbos y tener ojos y oídos muy abiertos.

En los 4 días de travesía tuvimos un poco de todo, marejada, vientos, lluvia, niebla, mucho sol….aprovechábamos para hacer mantenimiento a bordo como engrasar las pieles, aplicar aceite de teca, revisar y adujar cabos y pintar las vergas de mayor y trinquete y la antena de mesana.

Carlos Quinto, “El máquinas” de Alicante, jefe de máquinas nos comunica al pasar la guardia las novedades en sentina y motores, humor gamberro y espabilado perfecto para irte de fiesta con él y Javi, el gallego, la ultima incorporación, observador, dispuesto a echar una mano y siempre atento a los detalles hasta de como me lío los cigarrillos y Carlitos otro gaditano súper listo y con buen oído para la música pero con el cante necesita mejorar.

Venía con nosotros el trainee Yves, de Nantes que quiso experimentar la travesía hasta Fècamp a bordo de El Galeón, se le veía disfrutar continuamente observándonos.

También tuvimos varias visitas en la travesía de grupos de delfines que jugaban y saltaban hasta el enjaretado del Tajamar, los cormoranes nos confundían con boyas y redes piratas en el horizonte, venían gaviotas para robar cualquier resto de comida de las cubiertas… Otra visita que nos acompañó durante la travesía fue un “Bombillius” que es un abejorro que se nos coló de polizón y me hizo acordarme mucho de mis naranjos y mi pequeña huerta en Lorca.

En resumen tras una navegación completita y con una impresionante puesta de sol y el mar en calma chicha, avistamos entre la niebla los imponentes acantilados de la costa de Normandía, viviendo el momentazo en el tajamar con el “brother” a bordo Mateo Serrano, natural de Medellín y residente en Alicante que siempre me anima y me dice lo orgulloso que está de mí en mis momentos bajos mientras hacíamos “air guitar” a ritmo de “Paranoid” de Black Sabbath y gritaba “hoy hacemos un mes en el Galeón hermano “

Tendría que escribir un libro para relatar todos los buenos momentos a bordo estos días, las charlas en la cocina haciendo balances del día. La última noche relax total en el Tajamar con un té con Cristina y unas páginas de “El principito” antes de ir al catre.

Por la mañana esperamos la llamada para entrar en la esclusa del puerto de Fècamp que tiene de ancho 15 metros y El Galeón tiene una manga de 12 metros, comenzamos maniobra de entrada a puerto y el capitán me mira y me dice “tú, murciano, al timón..” el estómago empezó a hacerme burbujas pero no dude en ponerme en la rueda y afinar el oído todo lo posible. Agradecí no haber disfrutado del baño que se pegaron todos mientras yo les hacia fotos porque les veía tiritando y lo ultimo que necesitaba yo era tiritar de más. Al final la entrada y el atraque fue un éxito y ya estábamos disfrutando de este típico pueblo marinero de mar del Norte alejado y tranquilo, pero todos los sitios tienen algo interesante y con los consejos curiosos nuestra historiadora Bárbara Palomares este Tour del Galeón Andalucía 2018 ya estábamos disfrutando de Fècamp.